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Cómo cortar un jamón ibérico Montesierra

Cortar un jamón ibérico no es empresa fácil, aunque con la información adecuada y un poco de maña, conseguiremos degustar cualquier jamón ibérico Montesierra de la mejor forma posible.

Preparación previa al corte

Lo primero que es necesario a la hora de enfrentarse al corte de jamón es preparar todas herramientas que vamos a necesitar. El cuchillo jamonero es uno de los utensilios más importantes para lonchear un jamón y por ello el más conocido, aunque no el único si se quiere hacer bien.

UTENSILIOS

  1. Jamonero para sujetar y fijar el jamón
  2. Un cuchillo ancho y fuerte para retirar la corteza y la grasa sobrante
  3. Cuchillo jamonero para lonchear
  4. Un cuchillo de punta corto para los cortes junto a los huesos de la cadera
  5. Unas pinzas para trasladar las lonchas de jamón ibérico hasta el plato o la fuente
  6. Una afilador para cuchillos

Corte y loncheado del jamón ibérico

Cuando ya tenemos todos los utensilios preparados, llega el momento de colocar el jamón ibérico en el jamonero. Debemos hacerlo de forma que la pezuña del jamón mire hacia arriba. Éste es un paso fundamental si queremos cortar el jamón de una forma segura: es necesario fijarlo bien sin que se mueva.

Dependiendo de las necesidades de cada cortador, se comienza de una forma u otra. Para un consumo rápido del jamón ibérico, lo pelaremos entero. Si se trata de un consumidor más lento que tardará días en consumir el jamón, lo mejor es ir retirando la corteza poco a poco para una mejor conservación.

Tras retirar la corteza y la grasa sobrante del jamón se realiza un corte profundo en la caña, para poder empezar a lonchear la maza del jamón.

Así, es hora de realizar el cambio al cuchillo jamonero. Empezamos a lonchear poco a poco cogiendo cada una de las lonchas con las pinzas y colocándolas delicadamente en el plato que vayamos a presentar.

Las lonchas de jamón ibérico deben ser muy finas y delicadas, prácticamente transparentes para que al tomarlas, prácticamente se fundan en la boca. Las lonchas las colocaremos unas al lado de la otra sin amontonar.

Cuando llegamos a la parte de la cadera, encontraremos un hueso muy fuerte. Con el cuchillo adecuado, introduciremos el filo entre el hueso y el magro de la carne, para poder separar las lonchas cómodamente cuando lleguemos con el cuchillo jamonero.

Cuando se agota la maza, es hora de darle a la vuelta al jamón. Volvemos a fijarlo firmemente para que no se mueva con la pezuña hacia abajo.

Los taquitos de jamón

La carne de las partes más próximas a los huesos no se deben intentar lonchear. Es demasiado complicado, y el resultado en taquitos queda mucho mejor. De esta forma, vamos a separar la carne en trozos más vastos y luego vamos a cortar cada uno de ellos en taquitos del tamaño preferido. Así conseguimos aprovechar muchísimo más cada pieza.